Aunque la energía nuclear lleva siendo abandonada globalmente desde hace años, ahora se promueve como solución para compensar el cénit del petróleo, lo que resulta técnicamente imposible y presenta numerosos factores de riesgo:
1. Cuantos más reactores haya, mayor será el riesgo de accidentes y de ataques terroristas a instalaciones nucleares. La seguridad sigue siendo uno de los principales problemas. El accidente de Three Mile Island la puso en cuestión y el de Chernóbil clavó la puntilla.
2. El enorme coste (energético y económico) tanto para la construcción y desmantelamiento de cada reactor como para la extracción del uranio, su refinado, tratamiento químico, transporte, almacenamiento, medidas de seguridad, etc.
3. Sólo para sustituir a las actuales fuentes de electricidad no nuclear se necesitarían unas 1,000 centrales nucleares nuevas, y aún así no resolverá el problema de la obtención de energía para sustituir al petróleo en los transportes.
4. La minería del uranio genera multitud de problemas medioambientales.
5. A lo largo de la vida útil de una central nuclear se generan residuos que son radiactivos durante milenios, y aún no se han encontrado soluciones definitivas para su almacenamiento. La solución a este grave problema requerirá sin duda de mucha energía para construir cementerios nucleares suficientemente seguros. Este problema se agravaría con un incremento de la producción nuclear.
6. El desarrollo de la energía nuclear acrecentaría las tensiones internacionales, pues Occidente, por su propia seguridad, no acepta que todos los países puedan enriquecer uranio y desarrollar centrales y tecnologías propias. Pero si sólo unos pocos países desarrollan la energía nuclear se tendería a una situación injusta, en la que la mayoría de los países dependerían energéticamente de unos pocos.
7. El poder nuclear no llegaría a tiempo antes del cénit del petróleo, pues construir un gran número de centrales requiere un amplio período de tiempo.
8. El uranio también posee una cresta de Hubbert, con unas reservas finitas y muy limitadas, que al consumo actual - 440 centrales que aportan el 6,8 % de la energía primaria global- se estima que alcanzarán para unos 70 a 100 años más, y que el cénit se producirá en un plazo de aproximadamente unos 25 años. Estos plazos se acortarían si se pusieran en funcionamiento masivamente centrales por todo el mundo (sin petróleo, de aquí a 2050 habría que cuadriplicar el número de centrales para mantener su actual cuota de producción de electricidad).
Ha habido intentos para solucionar el problema de las reservas de uranio, mediante proyectos que utilizaban mucha menos cantidad. Un informe del Instituto Tecnológico de Massachussets considera, sin embargo, que estos prototipos no están suficientemente probados. Marcel Coderch, de AEREN, recuerda el caso del prototipo Superphenix, construido en Francia, que, después de 9 años de preparación, sólo pudo estar acoplado a la red 10 meses. No funcionó bien, tuvo problemas de seguridad y fue clausurado en 1997. Su desmantelamiento costará 9000 millones de euros sin haber llegado a producir apenas electricidad.
1. Cuantos más reactores haya, mayor será el riesgo de accidentes y de ataques terroristas a instalaciones nucleares. La seguridad sigue siendo uno de los principales problemas. El accidente de Three Mile Island la puso en cuestión y el de Chernóbil clavó la puntilla.
2. El enorme coste (energético y económico) tanto para la construcción y desmantelamiento de cada reactor como para la extracción del uranio, su refinado, tratamiento químico, transporte, almacenamiento, medidas de seguridad, etc.
3. Sólo para sustituir a las actuales fuentes de electricidad no nuclear se necesitarían unas 1,000 centrales nucleares nuevas, y aún así no resolverá el problema de la obtención de energía para sustituir al petróleo en los transportes.
4. La minería del uranio genera multitud de problemas medioambientales.
5. A lo largo de la vida útil de una central nuclear se generan residuos que son radiactivos durante milenios, y aún no se han encontrado soluciones definitivas para su almacenamiento. La solución a este grave problema requerirá sin duda de mucha energía para construir cementerios nucleares suficientemente seguros. Este problema se agravaría con un incremento de la producción nuclear.
6. El desarrollo de la energía nuclear acrecentaría las tensiones internacionales, pues Occidente, por su propia seguridad, no acepta que todos los países puedan enriquecer uranio y desarrollar centrales y tecnologías propias. Pero si sólo unos pocos países desarrollan la energía nuclear se tendería a una situación injusta, en la que la mayoría de los países dependerían energéticamente de unos pocos.
7. El poder nuclear no llegaría a tiempo antes del cénit del petróleo, pues construir un gran número de centrales requiere un amplio período de tiempo.
8. El uranio también posee una cresta de Hubbert, con unas reservas finitas y muy limitadas, que al consumo actual - 440 centrales que aportan el 6,8 % de la energía primaria global- se estima que alcanzarán para unos 70 a 100 años más, y que el cénit se producirá en un plazo de aproximadamente unos 25 años. Estos plazos se acortarían si se pusieran en funcionamiento masivamente centrales por todo el mundo (sin petróleo, de aquí a 2050 habría que cuadriplicar el número de centrales para mantener su actual cuota de producción de electricidad).
Ha habido intentos para solucionar el problema de las reservas de uranio, mediante proyectos que utilizaban mucha menos cantidad. Un informe del Instituto Tecnológico de Massachussets considera, sin embargo, que estos prototipos no están suficientemente probados. Marcel Coderch, de AEREN, recuerda el caso del prototipo Superphenix, construido en Francia, que, después de 9 años de preparación, sólo pudo estar acoplado a la red 10 meses. No funcionó bien, tuvo problemas de seguridad y fue clausurado en 1997. Su desmantelamiento costará 9000 millones de euros sin haber llegado a producir apenas electricidad.
2 comentarios:
Es muy sutil esta realidad que vivimos los economistas creen que la riqueza se debe principalmente al dinero y no a la energia sera divertido vivir el ocaso de la civilización divirtamonos mientras podamos.
Pues yo he leído otras web que dicen que entre el petróleo todavía no encontrado o que con la tecnología actual no es rentable extraer, el gas, el carbón y los petróleos no convencionales (pesado y extrapesado) no tendremos que preocuparnos durante este siglo. ¿Sabéis la de veces que se ha anunciado el fin del petróleo y con él, el de la civilización?. Todo viene de un periodo en que el petróleo ligero era muy barato, y no era rentable buscar más. Pero aunque se agotara, hay más alternativas.
Que este blog es catastrofismo, y nada más.
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