Un aumento del precio del petróleo provoca, como primer efecto inmediato, una subida de la inflación ya que se incrementan los costes en, prácticamente, todos los sectores. El petróleo más caro implica carburantes (calefacción, transportes, etc.) también más caros, lo que aumenta el precio en los transportes tanto públicos como privados. Este incremento de costes desencadena una crisis en las industrias productivas que generalmente se traduce en un aumento de la tasa de desempleo. El incremento de los precios del petróleo provoca, como se ha señalado, un aumento en el índice de precios al consumo (IPC), lo que puede provocar una reacción por parte de los bancos centrales de los países desarrollados de elevación del tipo de interés, generándose así otro freno al crecimiento económico.
Según el Profesor Richard Heinberg, tras el cénit cabe esperar los siguientes acontecimientos:
1. Subida de los precios de los combustibles.
2. Aumento del coste de la vida.
3. Aumento de las hambrunas, comenzando por los países pobres.
4. Guerras “preventivas” por hacerse con los recursos en áreas ricas.
5. Derrumbe económico y caos creciente afectando a todo el globo.
6. Tras un período de tiempo se alcanzará una re-estabilización, con una menor población mundial que podrá repartirse los recursos restantes.
Cuando el punto máximo de extracción de petróleo vaya seguido de un constante declive de la producción, la caída de la oferta de petróleo empezará a generar desabastecimiento (entre 2015 y 2025 según muchos investigadores), y comenzará a haber interrupciones generalizadas en el transporte y la economía. Esto se verá acompañado de cortes graduales y permanentes del suministro de combustible para el transporte y la maquinaria industrial, con lo que el comercio mundial declinará substancialmente. Saldrán divisas del país hacia los países productores. Habrá escasez de dinero. Subirán las tasas de intereses por los préstamos. Los gobiernos emitirán más moneda para pagar la importación de energía, con lo que el dinero se devaluará y los precios subirán. Se producirá una virtual reducción de casi toda la actividad comercial y gubernamental, pues no sólo menguará el suministro de petróleo, sino que la escasez y el aumento de los precios dificultarán los intentos de la industria por reconvertir la sociedad hacia otras formas de energía. La agricultura (y en general la producción de alimentos) será uno de los sectores que se verá afectado de forma más rápida y dramática, pues depende en gran medida de los fertilizantes y los productos químicos hechos con petróleo.
Algunos de esos acontecimientos podrían estar empezando a manifestarse de forma más o menos clara en algunas zonas del mundo. Muchos especialistas consideran que estamos viviendo las primeras fases del colapso del petróleo, que está afectando de forma cada vez más clara a la economía norteamericana, la cual según diversos autores podría experimentar una recesión a lo largo de los próximos meses.
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